CAÍDA A LA REALIDAD


Un día te pedí salir de tus manos y encontré como respuesta “No”, mi insistencia persistió, te pregunte el ¿Por qué? y me dijiste: No quiero que conozcas el mundo y sin embargo te tache de “Ser egoísta”, pero de tanta insistencia me dijiste: “Anda” y recuerda que:
“pase lo que pase, Tú seguirás siendo la niña de mis ojos y aquí estaré y estarán siempre mis manos para sostenerte”.

Solo mire hacia atrás y atine en decirle “Gracias”.

Camine, encontré gente distinta, conocí gente buena, mala, algunos golpeados por la vida, conocí el amor que me dio felicidad, pero también me regalo decepciones. Al enamorarme cegada por las ilusiones te dije: ¡déjame!, renuncio y dejo todo por él, quiero amarlo y ahora no me esperes porque no regresaré.

Renuncié a mi mundo, pero después de conocer la mentira, el dolor y la decepción te pedí volver a ti, así que camine con mis heridas abiertas y toque a tu puerta, de inmediato abriste sin dudarlo. Me extendiste tus brazos diciéndome: Esa era la razón por la cual no quería dejar de tenerte en mis brazos, temía que te hicieran daño y de repente sonreíste diciéndome:
"Aquí estoy de nuevo contigo, en realidad nunca te dejé siempre seguí tus pasos de manera silenciosa".

Ahora estoy aquí una vez más contigo aunque con las heridas cicatrizando, pero con una cura segura, solo me queda decirte: “Gracias por mantenerme en tus brazos y tenerme como a la niña de tus ojos y como tu única preocupación”.  


Written By: Yana F. Alvarado M.

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